Esta producción del futuro director de la Ópera de Paris, que se estrenó en el Teatro Real en Diciembre 2006, a pesar de su gran belleza, fué recibida con alguna frialdad por el publico. La succesión de los varios numeros se hizo de forma bastante irregular, con momentos de espera penosa.
El dúo Squarciapino-Frigerio hicieron un bonito decorado y vestuario que evolucionó a lo largo del argumento. Un más para Frigerio y sus maquinas ingeniosas e interesantes esteticamente y un menos para Squarciapino que vistió a la diva Inva Mula con un vestido amarillo, color que para nada la favoreció.
Los pequeños roles, abundantes en esta obra, fueron defendidos con rigor y profesionalidad, lo que no se pudo decir del protagonista. El Hoffmann de Zwetan Michailov fue soso, sin poesia, sin dotes actorales y con poco relieve vocal. Por otro lado, Samuel Youn defendió con honor sus diferentes papeles maleficos, a pesar de que su dicción no fuese siempre la mejor. Pero las verdaderas estrellas de la velada fueron Désirée Rancatore que dió voz a una Olympia de un virtuosismo teatral y lirico sin igual. Memorable! E Inva Mula que fué una Antonia llena de sensibilidad, maestria vocal y corporal (hay que resaltar que estas artistas fueron tambien las protagonistas en Madrid). La Muse/Nicklausse de Karine Deshayes fue igualmente memorable, lo que no se pudo decir de la Giulieta de Kate Aldrich, que protagonizó un tercer acto veneciano bastante cursi y sin interés.
Excelente trabajo del coro titular dirigido por Patrick-Marie Aubert, y de la orquesta, dirigida por el maestro Yves Abel, aunque en el algun momento tuvo un sonido demasiado poderoso, sofocando alguna de las voces.
El dúo Squarciapino-Frigerio hicieron un bonito decorado y vestuario que evolucionó a lo largo del argumento. Un más para Frigerio y sus maquinas ingeniosas e interesantes esteticamente y un menos para Squarciapino que vistió a la diva Inva Mula con un vestido amarillo, color que para nada la favoreció.
Los pequeños roles, abundantes en esta obra, fueron defendidos con rigor y profesionalidad, lo que no se pudo decir del protagonista. El Hoffmann de Zwetan Michailov fue soso, sin poesia, sin dotes actorales y con poco relieve vocal. Por otro lado, Samuel Youn defendió con honor sus diferentes papeles maleficos, a pesar de que su dicción no fuese siempre la mejor. Pero las verdaderas estrellas de la velada fueron Désirée Rancatore que dió voz a una Olympia de un virtuosismo teatral y lirico sin igual. Memorable! E Inva Mula que fué una Antonia llena de sensibilidad, maestria vocal y corporal (hay que resaltar que estas artistas fueron tambien las protagonistas en Madrid). La Muse/Nicklausse de Karine Deshayes fue igualmente memorable, lo que no se pudo decir de la Giulieta de Kate Aldrich, que protagonizó un tercer acto veneciano bastante cursi y sin interés.
Excelente trabajo del coro titular dirigido por Patrick-Marie Aubert, y de la orquesta, dirigida por el maestro Yves Abel, aunque en el algun momento tuvo un sonido demasiado poderoso, sofocando alguna de las voces.
THÉÂTRE DU CAPITOLE - Toulouse
www.theatre-du-capitole.org
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