LA DOLCE VITA TURCA... MÀ NON TROPPO

IL TURCO IN ITALIA de Gioacchino Rossini

30 de Marzo

La versión «dolce vita» de Tobias Richter tuvo todos los ingredientes para un resultado estupendo: una puesta en escena interesante, respaldada por la escenografia y vestuario excelentes de Gian Maurizio Fercioni, la dirección irreprochable de Maurizio Benini que tuvo su eco riguroso en la orquesta del Capitole, un coro del Capitole espléndido tanto vocalmente como a nivel teatral, y un equipo de cantantes maravillosos. Pero la magia no operó como se esperaba y esta opera buffa solo empezó a divertir y a sacar alguna reacción del publico a partir del segundo acto. Es dificil explicar por qué esta puesta en escena no tuvo la acogida merecida, pero no dejó de ser un momento lirico de gran calidad, belleza musical y estética teatral lograda: la de un balneario napolitano de los años 50.
Los cantantes exhibieron todos una gran maestría escénica: Pietro Spagnoli fue un Prosdocimo virtuoso, y aunque el papel del poeta no pida una gran exigencia vocal, el barítono hizo prueba de unas cualidades teatrales inmensas. Un equilibrio perfecto entre sus prestaciones vocales y teatrales se encontraron en las interpretaciones de Marco Vinco, un Selim exuberante y exótico, y de Brigitte Hool, una Zaida más sensual que enamorada. La Fiorilla de Inga Kalna estuvo divertida y dando colores interpretativos distintos a lo largo de la obra, pero su eficacia vocal fue puesta en juego por la dificultad de algunos agudos, que resultaron gritados. Para terminar hay que resaltar el buen hacer de Alberto Rinaldi, Lawrence Brownlee y Philippe Do.

THÉÂTRE DU CAPITOLE - Toulouse

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